¡Hola familia internauta! Aquí me tenéis de nuevo después de algún tiempo sin escribir. Diferentes razones me han llevado a dedicar mi alma y mi tiempo a otras facetas de mi vida.
Me apetecía ahora retomar el asunto para seguir contándoos cosillas personales y que podáis conocerme un poco mejor. Y se me ha ocurrido una manera original de hacerlo: escribiendo una lista con algunas cosas que no me gustan naaaa. Os animo a hacerlo, ¡ha sido de lo más divertido!
1. El número uno se lo reservo a las pelis de terror. Cuando era adolescente intenté ver con mi querida amiga Mónica El exorcista. Ni que decir tiene que a la media hora estábamos escondidas debajo de la mesa. También es verdad que no fue una buena elección verla de madrugada después de Siete novias para siete hermanos, ja, ja, ja.
Confieso que me ha quedado como un trauma personal … ¡del que aún no me he repuesto! 😉
2. La música de los gimnasios, ese chunda chunda horroroso que además perfora los tímpanos. ¿Quién dijo que fuera necesario un volumen tan brutal para fortalecer los músculos e incitar a la motivación? no me gusta ni un pelito.
3. En lo relativo a la comida, odio que se quede frío lo que ha llegado caliente a mi plato. Y es que no estoy dispuesta a transigir: un llamamiento a la mesa y … ¡no espero a nadie!
4. No puedo con la gente preguntona. No hay nada más desagradable que las personas invasivas que sin apenas conocerte te someten al tercer grado. ¡Un respeto, por favor!
5. El color carne (seguro que en esto no estoy sola). No hay nada peor que un sujetador color carne (bueno sí, una braguita color carne haciendo juego, grrrr). En general cualquier tipo de ropa de esa gama de los colores “caca” me resulta francamente desagradable. Unicamente se salva el marrón chocolate, y creo que sólo porque me transporta a su delicioso sabor.
6. Los hombres con el pelo largo. Diréis que menuda tontería, pero es que no lo puedo evitar. No me gustan y punto. Y siguiendo con los pelos, tampoco me gusta que se depilen. Porque ya lo decía mi abuela: donde hay pelo… ¡hay alegría!
7. Un punto negativo para el reggaeton y similares. Mi cadera se queda fría con ese ritmo tan machacón y machista. No me gusta naaaa
8. Ahora un asunto escatológico: odio recoger la caca de mi perro cuando está blanda (Lo siento, Pongo, pero hacerlas desaparecer de la acera es un auténtico trago para mí. Pero que conste que te adoro).
9. ¿Que alguien no me mira a los ojos cuando me habla? Mal asunto: esa conversación va a durar bien poquito. Quien quiera hablarme que tenga por lo menos el detalle de mirarme.
10. Los noticieros en cualquiera de sus formatos, ya sean escritos o audiovisuales. Me deprimen sin remedio. Me resisto a pensar que el mundo sea tan deprimente como lo pintan. Cuando haya un equilibrio entre noticias positivas y negativas contarán conmigo. Hasta entonces… ¡arrivederci!
11. No me gusta nao un pelito comprobar que los anuncios están saturados de chicos y chicas con cuerpos “supuestamente perfectos”. Hacen un flaco favor a la autoestima de los adolescentes que los toman como modelos. Además, ¡envejecer es un arte!, a ver si si se enteran de una vez.
12. El porno: me da mucha rabia y me duele el trato vejatorio que se da en el a las mujeres. Prefiero el sexo explícito dirigido por mujeres. Si no lo conocéis, investigad y veréis la diferencia.
13. Tener el correo electrónico y el WhatsApp saturado de ofertas de cursos, talleres, conferencias, tomas de consciencia, libros (que ahora a todo el mundo le ha dado por escribir), ofertas que terminan mañana… ¡Un respiro, por favor! Es demasiado, casi invasivo.
Por lo que a mí respecta trato de no agobiar a los suscriptores con mis proposiciones. Y por favor, si alguien se siente así, que opte libremente por borrar su suscripción o que me lo haga llegar. Cualquier cosa antes de resultar agobiante.
14. No me gusta na de na la locura que rodea todo lo relativo a la alimentación y lo que conlleva: dietas, zumos verdes, azules y amarillos, comida antioxidante y requetesana… en fin, esa angustia permanente con el tema de la salud y la línea. Pero ¿por qué creemos que estamos enfermos? Y además, ¿qué es comer sano? Teniendo en cuenta que hay miles de opiniones, ¿cómo saber qué es lo mejor?
Desde luego mi opción es hacer una escucha del propio cuerpo, qué le sienta bien y qué no, y en base a eso,escoger. Fácil.
15. Que sea tan difícil aceptar lo diferente, y que este principio incluso tenga tanto peso en la propia naturaleza. ¡Si hasta mis gallinas han rechazado al pollito negro por ser de otro color! Vaya por delante una apuesta por la biodiversidad. ¡Todos ganaremos!
Bien, pues ya conocéis un poco más de mí. Yo por mi parte sigo indagando cada día en quién soy y quién quiero ser, qué enseñanza me ofrece cada día de mi vida. ¿Que soy rara? Pues… ¡que viva la rareza!
Si a ti también te apetece hacer una lista de cosas que no te gustan nada, estaré encantada de que me la hagas llegar. ¡Anímate!