Es cierto, muchas veces estoy cansada de tener que poder con todo. ¿Te pasa a ti también?
Si eres una mujer que aún está en edad fértil, las fases del ciclo te condicionan cada día. Tus queridas hormonas son un coctel de transformación constante.
Seguro que a estas alturas de la película ya tienes claro cómo funciona en ti este vaivén hormonal, pero por si acaso no es así, te voy a hacer un breve recordatorio para que te permitas algunas licencias, sin sentirte culpable.
Lo primero que necesito decir alto y claro es que la sociedad al completo habría de hacerse eco de cómo funciona el ciclo menstrual. Las mujeres no estamos igual todo el mes. No tenemos las mismas capacidades de manera constante, según el momento del ciclo en que nos encontramos, estamos más preparadas para unas cosas o para otras.
NO SOMOS ROBOTS
Fase preovulatoria
Tus estrógenos están bailando como locos y a ti en el fondo te apetece mucho ir a tu rollo. No des más explicaciones y haz eso que te apetece hacer, sal a bailar, haz ejercicio, quema energía, haz lo que te apetezca.
Es el momento en que tienes ganas de todo: apuntarte a idiomas, a clases de lo que sea, de comprarte algo nuevo, de lanzarte a dar el sí y casarte, te ves guapa a ti misma, te gustas, miras a tu pareja y te parece el hombre/mujer más guapo de la tierra y el más maravilloso… y si alguien te hace un comentario molesto, los estrógenos hacen que te traiga al fresco…
Cálzate unos vaqueros y tu camiseta de los Rolling y disfruta de esa subida estrogénica.

Fase ovulatoria
Nuestra amiga progesterona empieza a aumentar, el pico alto de estrógenos que tienes en este momento, sumado a la oxitocina, hacen que se despierte la tigresa que llevas dentro y pide a gritos disfrutar de su sexualidad.
Si te apetece dormir acompañada, no lo dudes, deja que fluya tu libido. Si te apetece quedarte en casa haciendo bizcochos, pintando o escribiendo, hazlo también. Estás en una fase expresiva. Aquí tu energía empieza a ser más intelectualoide.
¡Pero ojo! en esta fase tu instinto maternal está a flor de piel y puedes caer en estar más volcada en los demás que en ti misma.
No olvides que tú también existes

Fase Premenstrual
Nuestras amigas las hormonas empiezan a caer y entramos en la fase de brujas pirujas (a ojos de los demás). Es un momento excelente para darte cuenta de lo que no funciona en tu vida, en tu trabajo, en tus relaciones. Es una fase critica y autocrítica.
De repente ves que tu pareja no es el hombre/mujer más guapo del mundo incluso llegas a verle poco agraciado, empiezas a verle sus pegas a la relación.
Si alguien te hace un comentario molesto, no te callas ni pa Dios!, ufff si pudieras te lo comías vivo. Se te pone esa mirada que lacera al más pintado en décimas de segundo.
Tu energía desciende, ya no tienes las mismas ganas de moverte que en las fases anteriores y tu capacidad de retener información disminuye. Es el momento en el que puedes volverte rumiante de pensamientos y no parar de darle vueltas a las cosas. Todo se sobredimensiona, tenlo presente y no te dejes arrastrar a las profundidades.
Es aquí cuando tu menstruacion te hace consciente de que hay miles de cosas con las que no puedes y además no quieres. Permítete hacer limpia a todos los niveles y haz lo que te salga del mismísimo.

Fase menstrual
Entramos en la cueva. Sientes que mueres y renaces al mismo tiempo.
Date una ducha aromática relajante, permítete tomarte un té exótico bajo una suave manta en el sofá, disfruta de estar a solas contigo misma si es lo que te apetece o busca compañía con la que te sientas arropada y a gustito.
Si te apetece ese chocolate negro tan rico que compraste el otro día, es un buen momento para degustarlo. Si no te ves con ganas de hacer nada, pide comida o pide a alguien que te la haga, seguro que no tienes ganas de hacer ejercicio y es normal, no es el mejor momento. Suaviza la actividad física.
No te sientas culpable por querer estar hacia adentro. Es un momento de estar para ti, de ungirte con tus aceites esenciales, ver una peli ñoña y estar tirada.
Quizá no puedes hacer la parada que te gustaría, en cualquier caso, FRENA EL RITMO.
NO TIENES QUE PODER CON TODO, es el momento de decirlo y gritarlo si hace falta. Ya verás como al final no pasa nada, hay que saber pedir y respetarse a una misma. Cuando reconocemos que no somos máquinas y que no podemos con todo, se abre un mundo de bienestar y paz interior.

Seguro que tú también en ocasiones, estás harta de tener que poder con todo.
Todas estamos en el mismo barco, no eres un bicho raro. Eres una mujer cíclica, no estás loca, eres normal. Convives en tu interior con cuatro mujeres en una. Tú eres todas ellas.
¡Aprovecha y disfrútalas!

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