LAS DIOSAS NO ENVEJECEN

La sensualidad y el erotismo no tienen edad.

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Gema Margo

Gema Margo

Bello sin vello

De entre los numerosos anuncios que el frenético canal Youtube nos reporta cada día, no hemos podido menos que hacernos eco de uno que ha llamado poderosamente nuestra atención, se trata de la presentación de la afeitadora corporal masculina Body Groom Philips Serie 1000.

El spot aborda un controvertido asunto relativo al canon de belleza masculina, el vello corporal, y cuestiona abiertamente la vigencia del popular adagio “donde hay pelo hay alegría”. En este, como en cualquier otro asunto relativo a la belleza, los gustos personales definen las opciones: A) mantenerlo orgulloso y agradecerle su función calorífica en invierno, o B) acabar con la pelambre sin contemplaciones a golpe de certeros cortes de cuchilla, siguiendo en ambos casos criterios estéticos e higiénicos.

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El mensaje del anuncio se inclina claramente por la opción B), que para algo la marca ha diseñado un instrumento perfecto para ejecutar la poda. La superficie a eliminar abarca axilas, tórax y abdomen, y desde ahí desciende hasta desembocar “ahí abajo”. El pequeño electrodoméstico vende al público masculino -¿o será al femenino?- la idoneidad de acabar con toda esa pelusilla antipática que la naturaleza, sin consultarles, les ha distribuido caprichosamente por toda esa epidermis. El resultado promete ser lo más parecido alfrontalde la escultura de Miguel Angel, el impresionante David de la Galería de la Academia de Florencia, al margen de algunos detalles pilosos que el escultor italiano mantuvo siguiendo la regla académica.

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El guión del anuncio se resume así: un atractivo protagonista nos permite acompañarle en su aseo matutino y colarnos en su ducha para asistir a un tutorial depilatorio que no tiene desperdicio. Con la complicidad de una ¿oportuna? ¿inoportuna? franja de cristal opaco que preserva su intimidad, comienza un detallado y progresivo análisis sobre el correcto uso del electrodoméstico, relatando -y animando a probar- las bondades de la herramienta, sin escamotear guiños y sonrisas al espectador.

Consciente de la inquietud que el instrumento eléctrico pueda despertar en un hombre a priori aterrado y celoso por mantener intactos todos sus atributos masculinos, el protagonista le tranquiliza apelando a la extrema suavidad del artículo, a la altura del tacto de un plumón de oca, suponemos. La seguridad de que nada irremediable o mínimamente trágico puede ocurrir cuando la cuchilla se acerque a su objetivo la garantiza un accesorio que vela, como un adiestrado perro policía, los límites no traspasables. Además tiene un recortador bidireccional, y es inflexible con todo tipo de rebeldías y desmadres peludos. Nada se le resiste y, técnicamente, todo parecen ventajas: un peine-guía, garantía mundial… Confiando en reunir un poco de arrojo, mantener el pulso firme y dibujar una sonrisa, el éxito está asegurado.¡Temblad, peludos filamentos!

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Pero si hay algo que nos ha encantado en el anuncio es la divertida picardía con la que nos describe todo el proceso. Una cadena metafórica digna de incluirse en un apéndice en la literatura del Siglo de Oro. Que si el “podado del bosque”, que “sin la maleza el árbol parece más grande”, que “si bajas hacia las rocas”… todo parece apuntar a que detrás subyace la inspiración de un ingeniero agrónomo o de un ferviente amante de la naturaleza. Ciertamente, el paralelismo es incuestionable: el universo de la depilación lleva hermanado con el de la agronomía desde el siglo XIX, una simpática evolución que se demuestra imparable. Hemos de reconocer que el anuncio está logrado excepto el doblaje un poco Troy McClure, de los Simpson, todo hay que decirlo. La versión en inglés es más recomendable. Aún así, acomodaos y disfrutad 😉

Vídeo del anuncio 

La visión de un tronco masculino sobre el que se ejecuta un impecable rastrillado eléctrico nos recuerda la de un cortacésped -o su hermano mayor, una segadora- con función vegetal. Ambos comparten un prototipo anterior mucho menos sofisticado, una maquinilla de afeitar y una cortadora de césped manual respectivamente, y aún otra mucho más remota, una navaja de afeitar y una guadaña, y ambos evolucionaron con la técnica, hasta dar como resultado su correspondiente versión motorizada. Parece complicado dilucidar cuál de los dos utensilios sirvió de inspiración al otro, si la maquinilla a la cortadora, o viceversa.

Una vez acometida la tarea depilatoria, la pelambrera sobrante parecería haber completado su ciclo vital. Craso error. Porque, por increíble que parezca, el reciclaje también tiene algo que decir en estos peludos asuntos. Gracias a que alguien consideró dar un uso práctico a las espesas matas de vello, hoy podemos deleitarnos con la visión non plus ultra del reciclamiento. La siguiente imagen lo dice todo. (A buen seguro la oveja karakul, protagonista desgraciada de los abrigos de astracán, celebrará la idea y confiará en que cunda el ejemplo).

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En cualquier caso, ahí tenemos esta pequeña herramienta que augura un nuevo horizonte depilatorio para los hombres. Cuando ya hace tiempo que las mujeres le dedicamos tiempo e imaginación a decorar o eliminar nuestro césped,ahora surge la versión masculina para un tipo de hombre cada día más implicado en su belleza. Nos gustaría mucho conocer vuestra opinión sobre este peliagudo asunto: ¿consideráis que es una buena idea que los hombres nos sigan en nuestro afán podatorio o bien creéis que en ambos casos se trata sólo de una cuestión superflua e innecesaria?

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